Nos es preciso reanudarla donde la dejamos y se apodera de nosotros un terrible sentimiento de la continuidad necesario, de la energía, en el mismo círculo fastidioso de costumbres estereotipadas, o quizás un salvaje deseo de que nuestros párpados se abran alguna mañana sobre un mundo que hubiese sido creado de nuevo en las tinieblas para nuestro placer, un mundo en el cual, algunas cosas tendrían nuevas formas y colores, que estaría cambiado o que tendría otros secretos.
Hasta la rememranza de la dicha tiene sus amarguras y el recuerdo de los placeres, su dolor.
Extraido de El retrato de Dorian Gray, Capítulo XI, Oscar Wilde.
Hazard:
ResponderEliminarEs mejor luchar por los sueños, que quedarse durmiendo
ORGANIZATE Y LUCHA!
(-A-)mor y r(-A-)bia